Draco. La sombra del Emperador.

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Libro: DRACO LA SOMBRA DEL EMPERADOR
Autor: Massimiliano Colombo
Editorial: Ediciones B
Tipo: Novela Histórica

Massimiliano ha vuelto con su tercer libro. Ya antes nos ha deleitado con “La legión de los inmortales” y  “El estandarte púrpura”.

El nuevo libro versa sobre la vida de Juliano. Para que lo ubiquen, es el año 355 D.C. Constantino el Grande ha muerto, el imperio se ha repartido entre sus hijos. Con el pasar de los años Constancio II se ha vuelto desconfiado y ordena matar a la familia. Adiós a la descendencia de Constantino El Grande. Quedando como único sobreviviente Juliano un niño de escasos 6 años. El único que no estaba en la lista de los condenados a muerte.

Juliano es primo de Constancio II y crece como un hombre de letras. Constancio lo manda a llamar para enviarlo como Cesar a la frontera, la idea es que muera allá en tierras lejanas. Ah de suceder que el joven Juliano comienza a crecer en adiestramiento militar, estratega y pasa las penurias junto a sus hombres. El Nobilísimo como es también llamado, vive y sufre igual que la tropa quienes acaban por tomarle cariño y ahora, después de muchas batallas le seguirán a donde vaya.

En ésta ocasión, el autor se ha centrado en desarrollar una novela de traiciones, espías, conspiración para atentar contra la vida de Juliano y evitar que se haga del poder.

Ya me tiene acostumbrando al derramamiento de sangre en sus narraciones, pero en esta novela es más bien suspenso e intriga.

Las legiones de Juliano van a ser enviadas lejos en la frontera.  Al enterarse los soldados, comienzan a gritar, no quieren ir, esta es su tierra, aquí están sus hijos. Primero un grito en la oscuridad, luego otro, poco a poco los hombres comienzan a llegar por cantidad

-Nobilísimo, la orilla derecha aún está despejada -informó Valentiniano- hago ensillar los caballos y …
Se interrumpió, por la mirada del césar intuyó que no dejaría el palacio para darse a la fuga

-En cualquier caso, debemos detenerlos, mi césar, si no…
-¡No huiré!, son mis soldados.

Fuera, los gritos se convirtieron en un coro
-¡Augusto, augusto, augusto, Juliano, augusto!

Las legiones lo estaban proclamando Augusto. Emperador y eso ya era traición al emperador Constancio.

Al alba, el césar apareció en el umbral. Envuelto en la púrpura, con el cansancio en los ojos.

-Es preciso que adoptes una resolución clara, y de inmediato. Corremos el riesgo de que la situación empeore.
La gran cantidad de legionarios se agolpa alrededor de Juliano y los oficiales intentan mantener a ralla a los soldados.

-¡Augusto, augusto, augusto, Juliano, augusto!

-¡Acepta, nobilísimo! -gritó un oficial, seguido por otro.
-No podemos contenerlos. Acepta, nobilísimo, o habrá una catástrofe.

Ahhh que Don Massimiliano Colombo, si que sabe como mantener el suspenso. Buen libro.   :- )